miércoles, 26 de octubre de 2011

El cinismo y política for dummies

Y entonces, en un acto de cinismo y desfachatez que ni Buddy Love hubiera podido imaginar, Salinas de Gortari sacó su libro para explicarnos cómo rescatar a México. Cualquiera podría pensar que un hecho así sólo podría existir en un viaje ácido de Buñuel, pero no es así. En efecto eso sucedió. Ese que vendió medio México, que orquestó el fraude electoral del 88 y que nos hizo a todos solidarizarnos en nuestra jodidéz, se atrevió a hacerlo. Pero tal acto no es para sorprenderse. Los alcances  de inmoralidad del ex presidente son infinitos y esto es el menor de los problemas que genera. Lo verdaderamente relevante – y preocupante – es que, como sociedad, nos hemos colocado en un lugar donde se pueden hacer cosas por el estilo y más.   
Cuando se habla de nuestro país, aquello que reza “En México no hay memoria” es una frase gastada, reiterativa e increíblemente cierta. Y es esta actitud de amnesia constante la que nos ha puesto en el sitio del “compañerito del salón que aguanta todo”. Como si viniéramos del planeta Forgot (ese planteado por Trino en sus tiras) México se ha convertido en un territorio donde sólo vivimos con la indignación de la noticia de la semana, siempre listos a olvidarla para reindignarnos el siguiente lunes con algo más. Tan cierto es eso como que hay gente que es feliz en su facebook, poniéndole el “me gusta” a Peña Nieto.  Siendo así ¿Qué empacho podrían tener los políticos para actuar como actúan? El mismo que el abusador de la escuela tendría para zapear a ese que sólo se ríe y no mete las manos.
En México, día a día,  vivimos los 50,000 muertos de la masacre de Calderón… pero el país lo hace sólo porque se nos recuerda diario. Pero para el grueso poblacional, lo del ABC, el SME, el casino, las llamadas de Elba y un sinfín de temas, han pasado de moda. Ni hablar de FOBAPROAS, ni desfalcos millonarios, ni de fraudes más recientes. Eso, aunado al control torcido de los medios, deja a la población en un estado de indefensión mental. Lo más probable es que, aquellos que lean este blog, sean de esa minoría que busca informarse, opinar y desahogarse ante la situación que se cierne sobre nuestras cabezas. Pero la inmensa mayoría, esos que esperan a que la señorita Laura resuelva el problema de la amante (que resultó ser la hermana de la esposa que a su vez es teibolera a escondidas), esos que están atentos a cómo trabajan juntos Lucerito y Mijares para encontrar la voz de México, esos que admiran a Thalía porque la hizo en grande (si no, vean el esposo que se agenció), no tienen ni la menor idea de cómo están a punto de… básicamente, chingarlos. Por eso es que Salinas puede salir a plantear como salvar a México. La ignorancia, histórica y práctica, de la gente en general es ominosa. Por eso no sucede nada. Por eso no hay consecuencias, ni presiones para los políticos y empresarios.
Por eso tal vez sea necesario cambiar de estrategia. Aquellos que nos preciamos de mantenernos informados y atentos a lo que sucede a nuestro alrededor, debemos encontrar la manera de pesar más. Dicen por ahí que solo la masa puede generar cambios y tal vez eso sea muy cierto. ¿Somos los suficientes o necesitamos reclutar más personas? ¿Alcanzamos en número a superar a los que respetan las opiniones de Loret, López Dóriga y Adela? Tal vez no es momento de arriesgarse en cálculos. Debemos atraer a más y más pero ¿Cómo? La modesta propuesta aquí planteada es muy simple. “Política for Dummies” (teniendo cuidado de aclarar que no es en plan peyorativo). Algunos creemos que es necesario dejar nuestras filias por partidos o líderes para un segundo momento y hay que hacer un ejercicio de repartición de información en bruto. Sin apoyar a nadie, sin criticar a ninguno. Un simple ejercicio de muestra de hechos claros, dejándoles a los otros la posibilidad de sacar conclusiones propias sin que nuestras tendencias los espanten. ¿Podemos pecar de inocentes? Puede ser pero intentos nunca sobran cuando se trata de salvar a este país. Es necesario revertir nuestra condición social para que aquellas infamias que nos hacen no queden en el olvido. A diferencia de lo que plantea el folclore mexicano, sobrevivir a todo y siempre hacer broma de nuestra desgracia, NO tiene nada de chistoso,  ni loable. Hay que resucitar temas muertos y no dejar pasar los que van llegando. Información, sólo información de cómo nos chingan por todos lados. El apoyo a nuestras causas juega en otro plano. Necesitamos ser más. ¿Creen que algo se puede lograr así?