lunes, 17 de octubre de 2011

Sicilia y discuciones con la pared

En la actualidad México se encuentra transitando por uno de los caminos más pedregosos y sinuosos de su historia. Los grados de violencia, a los que los últimos sexenios de derecha nos han arrastrado, se han convertido en una especie de locura que ni Horacio Quiroga en crack habría podido imaginar. Ante este panorama pareciera que las únicas soluciones posibles, pueden y deben salir de las entrañas de la sociedad.  Sin embargo habría que tener cuidado con la administración de las reacciones del pueblo pues resultan un poder tan grande y tan frágil a la vez, que su mal manejo puede terminar por ser contraproducente.
EL pasado viernes se celebró la segunda reunión entre “el movimiento por la paz”- encabezado por el poeta Sicilia - y el gobierno federal – descabezado por Felipe Calderón -. Muchos análisis que han salido de este segundo encuentro han concordado en que el panorama es decepcionante y que buena parte, si no es que todas, de las respuestas oficiales caen en el lado de la simulación. Analistas y miembros de esta movilización ciudadana se han quejado del actuar de estado mayor presidencial (diciendo que los trataban como delincuentes en las revisiones), de lo absurda e ineficaz que resultó la creación de la “Procuraduría para las víctimas de la delincuencia” y de la cerrazón del propio Calderón discutiendo que si es lucha o guerra, como si eso cambiara  un ápice lo que sucede en el país. Y estos hechos no pueden más que llevarnos a una gran pregunta. ¿Por qué creían que esto iba a resultar diferente?
No se trata de una crítica a ultranza en contra de Sicilia o de sus colaboradores, entre los cuales recalcamos la admiración a Emilio Álvarez Icaza pero si habría que revisar los motivos por los cuales un movimiento prometedor parece estar perdiendo aire rápidamente. ¿Alguien se imagina al Santo y a Blue Demon sentados en una mesa, intentando convencer a las momias de que aterrorizar Guanajuato es inmoral? ¿Somos capaces de visualizar a los Thundercats pidiéndole a Mumm Ra que cese en sus intereses bélicos y de poder? ¿Podrían creer que el Guasón se dedique a crear una agencia para la protección de las familias de Ciudad Gótica? No. ¿Por qué? Porque nada de eso sigue el básico sentido de la lógica. Y ese es el gran problema de raíz que al parecer no se entiende y se confunde entre abrazos fraternales de espíritu amoroso y resonancia vacía. Si partimos de que el gobierno hace lo que hace por mera incompetencia o falta de sensibilidad, creo que partimos chuecos. Todos los involucrados en esto, Calderón, los empresarios, los intereses extranjeros, todos lo hacen con conocimiento de causa. No son errores, no son hechos para lamentar, son DAÑOS COLATERALES. Y desfilarles las dolorosas experiencias y caras de aquellos golpeados por el crimen sólo podrían causar remordimientos que tarde o temprano serán sanados en ranchos, yates y mansiones, pagados por las ganancias de este negocio de sangre.
Respetamos las intenciones pacifistas del poeta pues aún nadie ha podido desmentir eso de que “todo lo que necesitamos es amor” pero para qué usamos ese amor, esa es la pregunta. No se cansen, no los van a convencer de actuar bien y sólo se aspira a que los daños colaterales comiencen a tener nombre propio. Más allá de eso, nadie va a sacrificar sus ganancias en pos de la moral. No lo han hecho ni lo harán. No se pide que dejen el pacifismo pero si se necesita subirle la llama al discurso para que no sean usados como válvula de escape de la simulación. Eso no implica que ahora se pida la muerte de esos que causan muertes pero existen muchos matices entre lo planteado por Sicilia y el estallido social rabioso. Y  para ello los dogmas de fe estorban. Los reclamos son reclamos y los abrazos, abrazos. El amor sirve para crear empatía con los demás y buscar unirse en pos de algo pero llegando a la raíz, si queremos evitar la sangre, es momento de hablar muy claro, contundente y fuerte… muy fuerte.